Quiero compartir la noticia publicada en octubre de 2011.Hoy ha salido en televisión y me ha llamado la atención, quiero compartirlo.
Vestido de blanco, sentado en el sofá blanco de su blanco salón, Elio Berhanyer recibía hoy la noticia del Premio Nacional de Moda por su "su trayectoria de más de medio siglo tratando de embellecer lo cotidiano". A sus 82 años, el diseñador, nacido en Córdoba pero afincado en Madrid desde los inicios de su carrera, agradecía un galardón que reconoce una vida dedicada a la elegancia y la imaginación desde la sencillez que le otorga el haber tenido una infancia difícil en la que conoció las miserias de la Guerra Civil y la posguerra. "Los premios siempre ponen contento, aunque a estas alturas ya debería estar acostumbrado. Pero sigue siendo bonito. Eso de que nadie es profeta en su tierra no se ha cumplido conmigo. Me quiere tanta gente".
A finales de los sesenta fue uno de los creadores más cotizados de todo el mundo
Berhanyer reconoce que con los años ha perdido la capacidad de contener la emoción. Con un cigarro en las manos ("había dejado de fumar pero volví hace quince días") confiesa que su piel es cada vez más fina: "Es como cuando era muy joven y descubrí la Iglesia de los Templarios, de Segovia. En la puerta un hombre tocaba el Adagio de Albinoni y me metí en la Iglesia a llorar. Soy muy llorón. Cuando eres niño lloras por todo lo que te quitan y ahora, en cambio, lloras por lo que te dan".
El Premio Nacional de Moda (que se suma a los ya concedidos en ediciones anteriores a Pertegaz y Paco Rabanne) destaca la obra de "un diseñador hecho a sí mismo, trabajador incansable y autodidacta en el que destacan su pasión y entrega, su capacidad de innovación y su huella como referente de la moda española en el ámbito internacional. Su creatividad se manifiesta también en un amplio abanico de expresiones culturales, especialmente las artes escénicas, y en su vocación por transmitir el conocimiento y la experiencia a través de la enseñanza". En su tercera edición el galardón, dotado con 30.000 euros, se ha concedido por unanimidad al modista cordobés. En las dos ocasiones anteriores el premio recayó en Paco Rabanne y Manuel Pertegaz.
Es, efectivamente, en la enseñanza donde Berhanyer entrega desde hace años su particular legado, en el que los escenarios de teatro han sido tan o más importantes que las pasarelas de moda. Su memoria llena de anécdotas, historias e imaginación para vestir a las mujeres sirve de guía a unos alumnos que ven en él un referente de la historia del último medio siglo de la moda española. Una cátedra, que imparte en la Universidad de Córdoba, y que le permite seguir el pulso de los jóvenes diseñadores que aspiran a vestir a esa mujeres que él siempre ha cuidado: "Y para eso no hay nada como la alta costura, puedes cuidar cada detalle de la mujer a la que vistes". "El nuevo curso", explica, "lo empiezo en enero y este año voy a proponerles vestir un personaje de la ópera Fidelio, Leonora. Cada año les doy un personaje y es la primera vez que no será uno de siglo de oro".
Un legado de 22.000 trajesNacido el 20 de febrero de 1929, Berhanyer es autor de más de cien colecciones y 22.000 trajes, es un diseñador "hecho a sí mismo, trabajador incansable y autodidacta en el que destacan su pasión y entrega, su capacidad de innovación y su huella como referente de la moda española en el ámbito internacional", añade Cultura. "Su creatividad se manifiesta también en un amplio abanico de expresiones culturales, especialmente las artes escénicas, y en su vocación por transmitir el conocimiento y la experiencia a través de la enseñanza".
Seguidor de la escuela de Balenciaga, Berhanyer llegó a ser a finales de los sesenta uno de los creadores más cotizados de todo el mundo. Abrió su casa de moda en 1959 y un año después presentó su primera colección, que fue premiada como la mejor de 1960. Sus diseños los han llevado desde Ava Gardner a Cyd Charisse, pasando por la duquesa de Alba o la condesa de Romanones.
Características del estilo Berhanyer son las líneas geométricas, los colores lisos y vivos, los cinturones anchos y los sombreros abombados tipo casco. Ha combinado la alta costura con el prêt-à-porter; asimismo, el diseño de uniformes para Iberia, Ifema, el Mundial de fútbol de 1982 y RTVE. Entre sus galardones destacan el Premio Nacional de Turismo (1979), el Premio Campioni, junto a Pierre Cardín y Courreges (1980), el Premio Nacional Cristóbal Balenciaga, la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2002 y el un doctorado honoris causa por la Universidad de Harvard. En 2008 el Museo del Traje reconoció su amplia trayectoria con una exposición retrospectiva.
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